SOLO PARA PAREJAS

miércoles, 11 de mayo de 2011

LA FAMILIA EN BENDICIÓN


Por: Prs. David Jaramillo & Mireya Escobar

Un hombre de cierta edad fue a una clínica para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba el doctor le preguntó qué era eso tan urgente que tenía que hacer. El hombre respondió  que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí. Le contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras acababa de vendar la herida, le preguntó si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. -No, le dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.

Entonces el médico extrañado le preguntó. -Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Le sonrió y dándole una palmadita en la mano le dijo: -"Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella". El doctor se contuvo las lágrimas mientras salía y pensó: - "Esa es la clase de amor que quiero para mi vida".

Tal vez en el dinero encuentres un poco de felicidad, en las amistades encuentres alegrías, en las medicinas la cura para tu enfermedad, pero el amor solo lo encontrarás en tu familia.  No importa el tipo de familia que tú tengas, Dios dice que todas serán benditas. ¿En qué formas Dios quiere bendecir a tu familia?

  1. Dios bendijo a la familia desde sus inicios: "...y los bendijo Dios" (Gn. 1:28).  Cuando Dios creó la primera pareja dio su aprobación espiritual, les mandó a formar una familia (multiplicarse), gobernar la tierra juntamente con ella y proveyó materialmente para su sustento.  Desde sus orígenes Dios pensó y soñó en las familias, eso incluye la tuya.
  2. Dios ofrece bienestar para toda tu familia: "La casa de los impíos será asolada; pero florecerá la tienda de los rectos". (Pr. 14:11). El primer requisito para que tu familia esté bien es desearlo, pero no es suficiente querer hay que esforzarse para lograrlo.  Proverbios dice que que florece la tienda de los rectos.  No puede florecer lo que no se riega y no se riega si no se ha sembrado.  Si quieres que tu familia disfrute de bienestar debes sembrar en rectitud, regar con diligencia y cosecharas grandes  satisfacciones.

  3. Dios desea una vida gozosa en tu familia: "Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol". (Ec. 9:9).  Una esposa le dice a su marido: "Mi amor, hoy día estamos de aniversario de matrimonio, ¿por qué no matamos un pollo?.  El esposo le responde: ¿Y qué culpa tiene el pollo? ¿Por qué no matamos a tu hermano que fue el que nos presentó?". Lastimosamente el lugar donde peor cara ponemos es en la casa.  La madre enojada con los hijos, los hijos renegados con los padres, el esposo de mal genio con la esposa y viceversa.  Dios quiere que la alegría la encuentres en casa, con la gente que amas.  Muchas veces perdemos el gozo y la paz por detalles que no son importantes, nos olvidamos que la felicidad es el resultado de la gracia y no de la perfección.  La alegría no sólo se encuentra, también es un valor que se construye desde dentro. Y el mejor ambiente y lugar para construirlo es la familia.

  4. Finalmente, Dios promete salvación para tu casa: "Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa". (Hch. 16:31). Dios quiere salvar a tu familia de la destrucción, de la ruina, del dolor emocional, de la falta de perdón, de la traición, de la bancarrota, de la condenación eterna.  Dios quiere que disfrutes el amor y la unidad en tu familia no solamente en este mundo, sino también por la eternidad. Es su promesa que si crees en él será salva toda tu familia, solamente debes tener Fe.
Estaba golpeado y marcado y el rematador en una subasta pensó que por su escaso valor, no tenía sentido perder demasiado tiempo con el viejo violín, pero lo levantó con una sonrisa y grito: -¿Cuánto dan señores? ¿Quién empezará a apostar por mí? -Un dólar, un dólar- alguien replicó, después dos dólares. -¿Sólo dos? -Dos dólares y ¿quién da tres?, tres dólares, a la una; tres dólares a las dos; y van tres…



Pero NO, desde el fondo de la sala un hombre canoso se adelantó y recogió el arco; luego, después de quitar el polvo del violín y estirado las cuerdas flojas, las afinó y tocó una melodía pura y dulce como un coro de ángeles.

Cesó la música y el rematador, con una voz silenciosa y baja dijo: -¿Cuánto me dan por el viejo violín? y lo levantó en alto con el arco.



-Mil dólares y… ¿quién da dos? -¡Dos mil!, ¿Y quién da tres? Tres mil a la una, tres mil a las dos; y se va y se fue. La gente aplaudía, pero algunos decían: "No entendemos bien, ¿qué cambió su valor?".



La respuesta no se hizo esperar: "¡La Mano del Maestro!" 



Tu familia necesita La Mano del Maestro, sólo Dios puede ordenar tu vida y tu familia, y hacer placentera tu estadía en ella. Dios es el autor de la familia y sólo el puede hacer que sea una familia en bendición.

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